viernes, 15 de febrero de 2013

Del patrimonialismo.


El  patrimonialismo  es  una  forma  de  ejercicio  del  poder  observada  en sociedades premodernas cuyas características primordiales, en su estado puro, Max Weber sintetizó de la siguiente manera: el soberano es visto como el señor que dispensa su favor y su gracia al pueblo; los puestos públicos no son asignados por capacidad y competencia sino por lealtad y simpatía; no hay una formación estricta y regulada de los funcionarios sino  una  nominación  que  obedece  a  la  conveniencia  de  quien  posee  la  autoridad;  la actividad de dichos funcionarios con frecuencia se extiende más allá de lo que les está expresamente  señalado;  el  desempeño  de  los  cargos  se  remunera  sobre  todo  por  el usufructo  que  de  ellos se  pueda  hacer; se  obedece más  a la  disposición individual  del gobernante que a leyes fijas y establecidas.

Según Weber, la dominación tradicional es la que sostiene a estos regímenes y se caracteriza porque la legitimidad se sostiene en la tradición, dándole al ungido amplios poderes arbitrarios
Podrían enumerarse como prácticas constantes: entrega de bienes para la obtención de votos, recomendaciones, ausencia de los funcionarios o empleados en el cumplimiento de sus roles, favoritismo  administrativo, amiguismo prebendario, tolerancia ante las infracciones de la ley, acumulaciones de cargos incompatibles, parcialidad en los tribunales de concursos por oposición,  monopolios concesionados a amigos del régimen.
El soporte central de todo sistema de dominación, argumenta Weber, es la creencia por parte de los subordinados en la legitimidad de la subordinación. Este modo de intercambio está  vinculado la creencia en la legitimidad del vínculo generando una modalidad de relaciones a nivel general y no restringidas a un patrón específico, así el cliente tenderá a mantenerse leal a su patrón en la medida en que obtenga más de ese nexo.
Ciertamente, en México hay una arraigada tradición de ver al presidente de la república como el padre del pueblo —de allí el paternalismo que lleva a cabo, según criterios de conveniencia y oportunidad, algún tipo de política social para obtener el respaldo de los gobernados —de  allí el populismo.
Para finalizar, un ejemplo más específico: Durante el periodo (2006-20012) en que Andrés Granier Melo ejerció su cargo como gobernador del Estado de Tabasco, surgieron varios casos en los que puestos de gobierno eran otorgados a amigos cercanos y parientes de él. Así, su sobrino, Cesar Antonio Melo Acosta, fungió como director del Instituto Tecnológico Superior de la Región Sierra aun cuando su perfil como licenciado en Derecho y su nula experiencia en cargos administrativos lo hacían parecer el peor candidato para este puesto. Así, se ignoraron las habilidades y méritos de otras personas que aplicaban para el puesto, y solo se tomó en cuenta la relación que Cesar Melo tenía con el pasado gobernador.


La cara opuesta del patrimonialismo es la autoridad legal racional cuya aparición coincide con la consolidación, en la mayoría de los países occidentales, del Estado moderno. Dicha autoridad se distingue por el ejercicio del poder con base en la ley; el ámbito del servicio público está limitado objetivamente por una estricta asignación de funciones; el pago a los funcionarios se constriñe al sueldo; los puestos públicos, en su gran mayoría, se asignan por concurso y el ascenso está estrictamente reglamentado; los funcionarios pasan por una formación profesional rigurosa; no hay apropiación del cargo por parte de quien lo ejerce.

Un ejemplo de burocracia legal: En los contratos de los empleados de Vicerreactoría de Formación Integral en la universidad está establecido que durante los primeros seis meses en el que ocupen su puesto, percibirán cierta cantidad como sueldo. Pasados estos seis meses, manteniendo el empleado un trabajo óptimo, recibirán un aumento en su sueldo.
Esto es burocracia legal ya que está establecido en el contrato que el empleado reconoce y acepta.

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